27/3/19

El rincón de los libros: Los libros que devoraron a mi padre, de Alfonso Cruz


¡Vivaldo! ¡Vivaldo! ¡Vivaldo! ¡Vivaldo! —le gritaba su jefe, pero él oía la voz a lo lejos, apagándose en un rincón.
Los libros que devoraron a mi padre nos cuenta cómo Elias Bonfim intenta recuperar a su padre después de que éste se perdiera, literalmente, entre sus libros favoritos. 


La magia habita entre palabras

Este libro es un homenaje a tod@s aquellos que perdemos la noción del espacio, del tiempo y hasta de nuestro propio cuerpo cuando un libro toca nuestras manos. Es un homenaje a las aventuras, a las historias que ya nunca más forman parte de la mente del autor, sino que ahora son de tod@s nosotr@s. Dostoyevski, Bradbury, Stevenson... Todos los grandes escritores tienen cabida en esta pequeña obra de arte de Blackie Books, que, como siempre, uno no puede sino devorar. 

Todos estamos hechos de historias, no de a-de-enes ni códigos genéticos, ni de carne, ni de músculos, ni de piel ni de cerebros. De historias. 
Los libros que devoraron a mi padre es una obra delicada y especial pero sin llegar a ser sensiblera y vacía. En sus 134 páginas el autor es capaz de hablarnos de todo: de la vida, de la muerte, del arrepentimiento, de la literatura, de la fantasía y de la vida misma. Y lo hace de un modo tan potente y sincero que con apenas dos o tres frases magníficamente construidas, uno no puede evitar quedarse, por unos instantes, pensando en la asombrosa verdad que reflejan esas palabras. Dice el refrán que el mejor perfume viene en frasco pequeño, y, en el caso de Cruz es exactamente lo que ocurre: literatura de primer nivel contenida en una obra pequeña. 

Un buen libro debe tener más de una piel, debe ser un edificio de varias plantas. En la literatura, una sola planta resulta insuficiente. Funciona para la construcción civil, es cómodo para quien odie subir escaleras, útil para quién no puede subirlas, pero la literatura necesita pisos que se acumulen uno encima del otro. 
Esta idea (↑) me ha llamado mucho la atención, porque realmente yo lo veo así, y me ha encantado leer lo que pienso. Un buen libro (y sabéis que soy muy pesada con este tema en las reseñas) se define, al menos a mi parecer, por la cantidad de distintos caminos por los que nos puede llevar mediante sus diversas lecturas. La historia de un libro te puede, te DEBE, atrapar en cuerpo y alma mientras lo lees, pero, para mi, la magia de la literatura está en que un libro siempre, siempre, siempre ha de enseñarte algo, transmitirte una idea que vaya más allá del argumento. Un libro que no consigue esto, lo siento pero para mi no vale absolutamente nada. Un libro que no deja un poso en tu corazón y cuyas enseñanzas no permanecen en tu alma durante el resto de tu vida es el equivalente a pasarse la tarde viendo Sálvame: entretenido, pero una pérdida de tiempo. Si un libro no transmite nada, es pura litebasura. En el extremo opuesto a esta litebasura nos encontramos joyas como ésta de Alfonso Cruz, que constituye todo un homenaje a las buenas historias, a esas que nunca se olvidan. Los libros que devoraron a mi padre es, a la vez, homenaje y ejemplo de buena literatura, una historia que muerde directamente en el corazón del lector y que le hace perder la noción del tiempo, del espacio y de la realidad, como le ocurre a Vivaldo o Elías Bonfin (para mi el apellido Bonfin significa final feliz [bon-fin], pero esto a lo mejor es algo que me he inventado porque oigo campanas sin saber dónde) y como apuesto a que os ocurre a la mayoría de vosotr@s.

Sabía que ese ático estaba repleto de letras que fingían estar muertas, pero —ahora lo sé muy bien— basta con pasar la mirada sobre ellas para que salten llenas de vida. 
Tanto si sois ávid@s lectores de literatura clásica como si no, lo cierto es que es inevitable conectar con Elías y sentir como poco a poco le va absorbiendo la lectura. El doctor Jekyll y Mr. Hyde, La isla del tesoro, Farenheit 451, Rebelión en la granja... Todas estas son las historias ante las que el joven Elías cae rendido y yo no he podido sino sentir ternura y una enorme empatía mientras le veía sentado en su sillón de rayas y leyendo algunos de los libros que yo leí cuando era más pequeña. Además, por si os lo estáis preguntando: no, no es necesario haberse leído todos los clásicos que se mencionan en el libro para entender al 100% la obra. A pesar de que todas estas novelas forman parte del imaginario colectivo y tod@s sabemos en cierta forma de qué tratan, Cruz nos explica (en el tierno lenguaje de Elías) de qué van todos estos libros. Y además, de paso, aprovecha para dejarnos con el gusanillo de leerlos 😏.


Si ya de por si la magia de la propia prosa (Elías me recordó un poco a Bastián, de La historia interminable, pero esta es otra de las referencias que os dejo que juzguéis por vosotr@s mism@s si es así o me lo estoy inventando) y la belleza de la historia no fueran suficientes el libro, como buen edificio, nos ofrece magníficas reflexiones que van más allá de la literatura: el pasado, el presente, incluso la propia concepción de uno mismo. Todo pasa por este espejo de la literatura porque, al final, los libros no son más que el reflejo de la humanidad. Y un apunte rápido de una maravillosa enseñanza que he sacado de esta obra: únicamente podemos cambiar el futuro cuando aceptamos el pasado comprendiéndolo en su totalidad, es decir, con todas sus distintas realidades. Lo entenderéis cuando leáis el libro 😉.

Las memorias son su perspectiva del pasado, pero no son lo mismo. [...] Las memorias son repensadas y van convirtiéndose en algo más, tal como ha ocurrido aquí con los libros.
Como ya os dije antes, tampoco esperéis la típica novela sensible de ay-qué-bonito-es-todo-cuánta-felicidad. No amig@s. La vida es dura y el ser humano a veces hace cosas horribles que luego no puede cambiar. Eso también está presente en esta obra que, como ya os he comentado, tiene distintas capas de lectura. No olvidemos que Elías (iba a poner Bastián porque soy así) tiene 12 años, y, como niño que es, le preocupan las cosas de niños: sacar buenas notas en el cole, que no le castiguen y que le quieran. Este es uno de esos libros que merecen ser leídos varias veces, en distintos momentos de la vida (se lee en un suspirito) para poder ser apreciados en su totalidad ya que, en cada lectura, uno siempre encuentra algo nuevo. Os recomiendo que lo leáis lápiz en mano y que apuntéis en los márgenes las cosas que se os ocurran como hacía Vivaldo. Además, la propia novela se presta a ello porque tiene los márgenes muy grandes, y sospecho que es precisamente para esto (que a lo mejor la he vuelto a pifiar y es otro dato que me he inventao, pero nunca se sabe). Yo lo he hecho y sé que cuando vuelva a este libro, seguiré anotando más cosas y enriqueciéndome de una manera única e increíblemente variada: con la historia de la novela, con las historias que tanto cautivan a Elías, con los pensamientos que el autor sabiamente va espolvoreando a lo largo de las distintas páginas de la obra y con mis propias anotaciones. No sé a vosotr@s, pero a mi esto me parece una mina de oro del saber.

—Atrévete. Pero antes dime: ¿cómo ibas a vivir en un ático tan viejo? No es vivir yendo de árbol en árbol.
—Muy simple. Iría de libro en libro.
Mi madre se encogió de hombros con un suspiro, y me dio la espalda.
—Los libros, recostados unos contra otros en una biblioteca, ¡son universos paralelos! —grité en la sala, sin obtener respuesta. 
En cuanto a los personajes, aparte del protagonista y de su padre, el resto pasan un poco como de refilón, aunque alguno hay que tiene una gran importancia en la trama (ya descubriréis quién). Algo que me ha gustado mucho es que los personajes de distintas obras clásicas como El doctor Jekyll y Mr. Hyde o Crimen y castigo se pasean por la novela como si tal cosa hasta tal punto en el que la realidad y la ficción se entremezclan y ya no sabes qué es lo real y qué no (yo creo que el pobre Elías también tiene el mismo lío). Personalmente, soy una gran fan de que los personajes se paseen por historias que no son las suyas como si tal cosa porque, en cierto sentido, me hacen sentir que la realidad y la ficción no existen, sino que estamos todos en el mismo barco y eso, amigas y amigos, me hace más feliz que comerme una tableta de chocolate de una sentada mientras leo un libro y tomo té (que ya es decir). Cruz consigue unir en la obra realidad y ficción de tal manera, que una tarda un tiempo en discernir si en un momento determinado, Elías estaba en el aburrido mundo real o en el maravilloso mundo de los libros. Tal vez, una se pregunta si no está con un pie en ambos todo el tiempo. 

Deseamos sufrir cuando sabemos que hemos hecho algo espantoso. Deseamos pagar por ello. Somos seres complicados que se rigen por cosas muy simples. 
En cuanto al estilo, ya veis, la narrativa es de lo más concisa y poderosa, limpia de toda pretensión pero magnífica en su claridad. Es una prosa que atrapa desde la primera línea y ya no te suelta hasta que no has terminado el libro y, de paso, te deja con ganas de leerte otros cinco o seis para poder sentirte un poco más cerca de Elías y Vivaldo Bonfin. Y un poco más cerca de ti misma. 


¿Vosotr@s? ¿Habéis leído el libro? ¿Conocíais al autor? ¡Contadme! Un besote y...

¡Hasta la próxima aventura!
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6 comentarios:

  1. Hola. Hace tiempo que había oído de este libro y me había llamado la atención por su título a pesar de que no sabía de qué iba. Pero leyendo tu reseña, wow!, Seguro que lo leo, realmente siento que lo voy a disfrutar. Estoy muy de acuerdo contigo en que un buen libro es aquel que te enseña algo, aunque no te guste. Me ha encantado mucho como hablas del libro y tú reseña en general. Muchas gracias por comoacompart este libro.


    Besos, nos leemos

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  2. ¡Holaaaa!

    Que genial te ha quedado la reseña :D
    Pues creo que es un libro que disfrutaría muchísimo. Como buena lectora, disfruto mucho los libros que hablan sobre el poder de los libros y el amor por la literatura ^^ Además, si la prosa es tan bonita y tiene reflexiones sobre otros muchos temas, ya me lo has dicho todo jajaja

    ¡besos!

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  3. ¡Hola!
    ¿Sabes? Me lo has vendido. ¡Quiero leerlo!

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  4. ¡Hola! No sabía nada de la existencia de este libro, pero por lo que cuentas creo que me puede gustar :D. Me gusta que un libro nos confunda entre lo que es real y lo que no :D. Espero disfrutar mucho la pluma del autor también ^^. Besos.

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  5. Hola no había escuchado de este libro y suena muy interesante me lo anoto espero conseguirlo. Saludos

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  6. ¡Hola!

    Desde que vi por primera vez este libro en Instagram que tengo ganas de leerlo. Ojalá pudiera colaborar con la editorial, porque sus libros son maravillosos. Respecto a la novela, tengo que decir que he leído por encima la reseña porque tengo muchas ganas de leer la novela y no quiero leer ningún spoiler, hehe. A ver cuando puedo leerla.

    ¡Besos y nos leemos!

    Marieta ~ Relatos de una náufraga

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