París, 19 de julio de 2015
"Nos engañaron, Franco. ¡Nos engañaron! Nos ilusionaron con su ideología, su propaganda, y su falso paraíso de justicia y libertad. Nos destruyeron. Borraron nuestro amor, como si el corazón de la gente también les perteneciera. Tú habías entendido antes que yo cómo eran realmente. ¡Ni alma, ni conciencia! Así me dijiste esa vez en el hospital. ¿Cómo se puede vivir en la indiferencia? Llegó el momento de contarlo. Por favor, tú que puedes hacerlo, ¡hazlo por mí también!"
Ven Conmigo es la última novela del italiano Nicola Viceconti. La obra cuenta la historia de Franco, un anciano ex-comunista refugiado en París quién, tras la muerte de su único amigo, Giovanni, se encuentra con una nota de la única mujer a la que ha amado, Irina. Con más de sesenta años de retraso, Franco lee la nota y decide ir en busca de esa mujer que lleva toda una vida extrañando.
Ideales marchitos
Pedí a la editorial este libro porque me pareció una bellísima historia de amor. No imaginé que el protagonista tendría un carácter político tan marcado, y eso me chocó bastante, pero, en general, el libro ha cumplido bastante con mis expectativas.
La novela cuenta la historia de Franco, un ex-militante comunista al que expulsaron de la URSS y apartaron de su querida Irina tras un accidente de tráfico del que no recuerda absolutamente nada. Repudiado por su familia (todos férreos militantes comunistas italianos) y sumergido en un mundo que le repudia (en plena guerra fría), Franco decide huir a París con su amigo Giovanni. Tras su muerte, se encuentra en el bolsillo de un viejo abrigo una nota de Irina, en la que le pide que vaya a buscarla a Vladivostok. Aún consciente de que esa nota le llega con sesenta años de retraso, Franco emprende el viaje para buscar a Irina y, a la vez, encontrarse a sí mismo.
Aunque el principio de la novela es muy pesado (tuve que leerme las cinco primeras páginas dos o tres veces veces porque me perdía entre tanta digresión filosófica), pronto coge un ritmo mucho más sencillo y se hace mucho más accesible, cosa que agradecí porque, tal y como eran las primeras páginas, tuve mis dudas en cuanto a si me gustaría o no el libro. Una vez pasado este "mal trago", la novela se convierte en lo que yo me había esperado: un relato tierno sobre un viejo amor y una búsqueda a ciegas, cosa que me encantó.
El libro explora la manera en la que, a veces, los ideales chocan con la realidad y cómo uno puede acabar sintiendo desafección por unas ideas en las que antes creía profundamente. La novela nos muestra las dos caras de la vida de Franco, que son, a la vez, dos maneras diferentes de vivir el comunismo: una infancia y una adolescencia feliz y pacífica, en la que la militancia política era símbolo de orgullo y de diversión, donde pegar carteles por las calles de Italia con los amigos era una tarea divertida y gratificante, y la asistencia a los mítines suponía una fiesta en la que las cosas se elegían por consenso y donde uno era libre de decir lo que pensaba sin tapujos. Pero, también está la parte más oscura: la estancia en la URSS, la persecución, el no poder decir lo que uno piensa, el ocultamiento de la dictadura, los gulags, los fusilamientos y los trabajos forzados, la vigilancia de cada paso y de cada movimiento. De cada palabra.
Creo que eso es, precisamente, lo que ha tratado de transmitir el autor con este libro: nunca es tarde. Franco podría haberse olvidado de Irina, incluso podría haberla dado por perdida. Nada le hubiese impedido quedarse en París y seguir paseando cada mañana por la orilla del Sena. Y, sin embargo, decide partir. ¿Por qué lo hace? Precisamente porque cree que aún está a tiempo de volver a encontrar a Irina. Aún puede volver a estar con ella y decirle que la ama. Porque de la misma manera que nada le obliga a partir, tampoco hay nada que le obligue a quedarse. Franco toma una decisión y la persigue hasta el final, con la determinación que solo alguien que lleva toda una vida intentando olvidar a otra persona puede tener.
La novela cuenta la historia de Franco, un ex-militante comunista al que expulsaron de la URSS y apartaron de su querida Irina tras un accidente de tráfico del que no recuerda absolutamente nada. Repudiado por su familia (todos férreos militantes comunistas italianos) y sumergido en un mundo que le repudia (en plena guerra fría), Franco decide huir a París con su amigo Giovanni. Tras su muerte, se encuentra en el bolsillo de un viejo abrigo una nota de Irina, en la que le pide que vaya a buscarla a Vladivostok. Aún consciente de que esa nota le llega con sesenta años de retraso, Franco emprende el viaje para buscar a Irina y, a la vez, encontrarse a sí mismo.
El olvido es como un bumerang que, cuando menos te lo esperas, vuelve para golpearte. Sólo un idiota puede pensar que se pueden borrar algunas páginas de la historia porque alguien, por decreto, así lo establece.Como ya os he dicho, en un principio solamente me esperaba una tierna historia de amor entre dos ancianos, y el cariz político me pilló un poco por sorpresa. Sin embargo, no puedo decir que sea algo que me haya desagradado, porque estas reflexiones le aportan un poso de profundidad a la historia y animan al lector a reflexionar sobre ciertos temas que van más allá de la pura trama romántica como por ejemplo la memoria histórica, el olvido selectivo o la re-incorporación a la sociedad de los antiguos comunistas que perdieron la fe.
Aunque el principio de la novela es muy pesado (tuve que leerme las cinco primeras páginas dos o tres veces veces porque me perdía entre tanta digresión filosófica), pronto coge un ritmo mucho más sencillo y se hace mucho más accesible, cosa que agradecí porque, tal y como eran las primeras páginas, tuve mis dudas en cuanto a si me gustaría o no el libro. Una vez pasado este "mal trago", la novela se convierte en lo que yo me había esperado: un relato tierno sobre un viejo amor y una búsqueda a ciegas, cosa que me encantó.
Irina me llamó "amor" a toda voz y luego se puso a correr, lanzándome el desafío de una competición que terminaba en una fuente helada. Empecé a correr tras ella, buscando pisar exactamente sus huellas para hacer menos esfuerzo. Pero ella era hábil y veloz y tuve que seguirla por un largo tiempo antes de alcanzarla. Terminamos la carrera en el piso, abrazados en la nieve fresca; teníamos frío, estábamos cansados, pero felices, porque en aquel momento nos prometimos el futuro. Pero de esas promesas no quedó nada; el tiempo las corrompió como la herrumbre al hierro.La historia tiene muchísimas fluctuaciones y cambios de carácter, pero, en su conjunto, es tierna y delicada al tiempo que fuerte y resistente. Ven Conmigo es una obra sobre el amor, la vida, y el paso del tiempo. Sobre los recuerdos y las viejas promesas. Sobre las ilusiones y las decepciones. En un principio, uno no puede evitar sentir una tremenda impotencia al leer la escena en la que Franco se encuentra con el papelito (yo personalmente, tuve ganas de gritarle al personaje: '¿PERO CÓMO DEMONIOS NO SE TE OCURRIÓ METER LA MANO EN EL DICHOSO BOLSILLO, ALMA DE CÁNTARO?' aunque luego recordé que en los bolsillos de mis abrigos y de mis pantalones hay DE TODO así que me calmé un poco), pero, en cuanto nuestro protagonista empieza el viaje, la impotencia se ve sustituida por una maravillosa sensación de esperanza.
El libro explora la manera en la que, a veces, los ideales chocan con la realidad y cómo uno puede acabar sintiendo desafección por unas ideas en las que antes creía profundamente. La novela nos muestra las dos caras de la vida de Franco, que son, a la vez, dos maneras diferentes de vivir el comunismo: una infancia y una adolescencia feliz y pacífica, en la que la militancia política era símbolo de orgullo y de diversión, donde pegar carteles por las calles de Italia con los amigos era una tarea divertida y gratificante, y la asistencia a los mítines suponía una fiesta en la que las cosas se elegían por consenso y donde uno era libre de decir lo que pensaba sin tapujos. Pero, también está la parte más oscura: la estancia en la URSS, la persecución, el no poder decir lo que uno piensa, el ocultamiento de la dictadura, los gulags, los fusilamientos y los trabajos forzados, la vigilancia de cada paso y de cada movimiento. De cada palabra.
De la misma manera, yo también durante el viaje terminé de identificarme con Enrico para volver a ser Franco. Era como si de repente hubiera tenido un sentimiento de nostalgia por esa persona que vivía dentro de mi, a la que irrevocablemente había exiliado en un pequeño y limitado mundo. Por fin me relajé en mi misma sombra, a la cual, desconociéndola, le había quitado el derecho a existir.Me resultó muy interesante el experimentar cómo alguien puede llegar a re-conocerse sin importar la edad. Porque, aunque Franco tiene más de ochenta años, ha pasado muchos años escondido en una piel que no era la suya propia. Durante toda su vida (o la mayor parte de ella), su única preocupación fue que no descubriesen que había sido comunista. Pero, ahora, a toro pasado, y cuando nada de eso importa, ¿qué le queda? Una carcasa vacía que sigue habitando por pura costumbre. El viaje en busca de Irina le sirve también para reconectar con su verdadero yo, algo verdaderamente esperanzador y que nos invita a recordar que no importa la edad que uno tenga: nunca es tarde para conocerse a sí mismo.
Creo que eso es, precisamente, lo que ha tratado de transmitir el autor con este libro: nunca es tarde. Franco podría haberse olvidado de Irina, incluso podría haberla dado por perdida. Nada le hubiese impedido quedarse en París y seguir paseando cada mañana por la orilla del Sena. Y, sin embargo, decide partir. ¿Por qué lo hace? Precisamente porque cree que aún está a tiempo de volver a encontrar a Irina. Aún puede volver a estar con ella y decirle que la ama. Porque de la misma manera que nada le obliga a partir, tampoco hay nada que le obligue a quedarse. Franco toma una decisión y la persigue hasta el final, con la determinación que solo alguien que lleva toda una vida intentando olvidar a otra persona puede tener.
La palabra unión, en una pareja, no significa una sincronía perfecta, o por lo menos podría no ser una condición necesaria. Pero sentirse destinado a alguien puede implicar una espera continua que puede revelarse más larga que la vida misma. Esperar y amar son un único verbo.A pesar de que es un libro que, como ya os he dicho, trata una serie de temas maravillosos e incluye unas reflexiones magníficas, no me enganchó de la manera en la que yo esperaba porque a veces se mete demasiado de lleno en descripciones o en digresiones políticas que, para mi gusto, sobraban. De hecho, os confesaré que hubo unas cinco páginas que me salté y que en absoluto alteraron mi comprensión de la historia. Con un párrafo que leí de todas esas páginas me fue más que suficiente. El libro habla de momentos y de hechos históricos que yo no conocía y el autor habría podido pasar perfectamente sin meterse en ellos porque tampoco eran tan importantes. Entiendo que sean necesarios en algunas ocasiones y que no se puede contar esta historia sin meterse en temas políticos (porque, al fin y al cabo, el comunismo marca la pauta en la relación entre ambos personajes) pero, a veces, sencillamente, es demasiada política que hace que uno se desvíe de la historia principal sin llegar a ir a ningún sitio.
Eché una ojeada al interior del local: las paredes exudaban cultura como clorofila de la enorme planta del saber que numerosos pensadores, de todas partes del mundo, vinieron a regar.A pesar de lo que uno podría esperar, el ritmo de la novela no es en absoluto lento, sino todo lo contrario. La trama avanza bastante rápido, y hay algún que otro giro argumental sorprendente. Como no podría ser de otro modo (porque la historia lo pide), es una novela narrada enteramente en primera persona, y eso es algo que me encanta porque le da al protagonista una profundidad maravillosa y permite que el lector sea capaz de sentir todo lo que Franco siente. Es muy fácil entender por qué Franco hace lo que hace y toma las decisiones que toma, por lo que resulta inevitable que uno le acabe cogiendo cierto cariño, ya que se trata de un hombre terriblemente sensible (Y DIOS, ADORO A LOS HOMBRES SENSIBLES. ¡DEBERÍA DE HABER MUCHÍSIMOS MÁS HOMBRES SENSIBLES EN ESTE MUNDO! Hombres del mundo, mostrad vuestro lado sensible porque de verdad que sois adorables). Este libro contiene mucho de lo que yo llamo "la sabiduría de la ancianidad" y la verdad es que me ha agradado de sobremanera, porque hay pocas historias protagonizadas por gente de esa edad y, sin embargo, considero que son muy necesarias, sobre todo a la hora de permitirnos valorar la vida desde una perspectiva muy pero que muy diferente.
¿Qué opináis vosotros? ¿Conocíais el libro o al autor? ¿Os ha gustado? ¡No olvidéis dejarme un comentario! Un besazo enorme y...
¡Hasta la próxima aventura!
¡Hola!
ResponderEliminarMe ha llamado mucho la atención este libro, probablemente lo compre. Espero que me guste tanto como a ti ^^.
Gracias por la reseña.
Un beso desde Jardines de papel .
¡Nos leemos!
¡¡Hola!! Ya me contarás :)
Eliminar¡Un besito!
Vaya, me dieron ganas de leerme el libro. Me ha llamado mucho la atención, y a pesar de que se pierde a veces hablando de política, me la anoto. Creo que hará bien un libro así, de amor.
ResponderEliminar¡Gracias por la reseña! :)
Un saludo ❤
¡¡Hola Jeanny!! La verdad es que la historia de amor es in-cre-í-ble jajjaja
Eliminar¡Ojalá te guste!
Un besito :3
Hola n.n/
ResponderEliminarJamás había escuchado de éste libro ni del autor pero con tu reseña me he enganchado, no estoy segura si me sentiría tan cómoda con el discurso político tan marcado pero podría saltarme esas partes je, je.
Me gustó mucho tu reseña. Nos leemos pronto :)
¡¡Hola!! Yo algunas de esas partes me las salté jajaja. La verdad es que no afectan para nada a la historia de amor, que es la bonita.
Eliminar¡Me alegro que te haya gustado la reseña!
¡Besitos! :)
¡Hola, hola! La verdad que creo que lo voy a dejar pasar porque no me termina de llamar, creo que es por el tema político (soy nefasta para ello, no me gusta mucho), aunque sea una historia de amor pero no se
ResponderEliminar¡Besitos!
XX ASH XX
¡¡Hola Ash!! La verdad es que ambas cosas están muy unidas, así que si no te termina de convencer, no te lo recomiendo porque no te va a gustar. Yo algunas cosas me las salté, pero no te las puedes saltar en toodo el libro ajjajaj
Eliminar¡Un besote! <3
Se ve interesante el libro, muchas gracias por tu reseña, como siempre bien detallada y escrita
ResponderEliminarUn abrazo Ale. Saludos
¡¡Hola Satoshi!! ¡Mil gracias! :)
Eliminar¡Besitos!^^
¡Hola, Ale! Creo que no había visto nunca este libro así que me ha interesado bastante la reseña que has hecho. A mí el cariz político me interesa bastante, así que creo que si me decido a leerlo me podría gustar.
ResponderEliminar¡Besos!
¡¡Hola Noelia!! Yo creo que a ti este libro sí que te gustaría... ¡te pega! jajaja
Eliminar¡Un besazo!