24/11/18

El rincón de los libros: El Nix, de Nathan Hill



De haber sabido que su madre se marchaba, tal vez Samuel habría prestado más atención. Habría podido escucharla con más interés, observarla con más detenimiento, anotar algunos detalles cruciales. Quizá habría sido capaz de comportarse y hablar de una manera distinta, de ser una persona distinta. 
A lo mejor podía haber sido un hijo por el que valiera la pena quedarse
El Nix es la primera novela del estadounidense Nathan Hill en la que nos cuenta la historia de Samuel, un profesor de universidad de mediana edad que emplea los videojuegos como manera de evadirse de una realidad que no le gusta, y de la que culpa a su madre, que le abandonó cuando él era apenas un niño. Sin embargo, todo cambia el día en el que recibe una llamada del abogado de su madre, acusada de terrorismo por tirarle piedras al gobernador. En ese momento, y sin darse cuenta, Samuel emprende un viaje que le hará replantearse todo su pasado.

Sexo, drogas, activismo y rock and roll

Este libro me ha parecido una verdadera joya, tanto a nivel narrativo como a nivel histórico. Creo que es un libro necesario para que reflexionemos sobre qué es lo que realmente merece la pena en la vida y nos haga darnos cuenta de cómo nuestro pasado no necesariamente tiene por qué condicionar nuestro presente. Todos los personajes que podemos observar a lo largo del libro, sin excepción, sufren una evolución increíble a medida que pasa el tiempo hasta convertirse en personas totalmente distintas a cómo eran al principio, cosa que, aunque ocurra indudablemente en la vida real, suele escasear en el terreno literario.
Si optas por la solución fácil todos los días, al final se convierte en un patrón de comportamiento, y los patrones se convierten en tu vida.
El libro es un continuo ir y venir de escenarios y épocas históricas pero no se hace lioso en absoluto. Está dividido en varias partes y cada una de ellas está ambientado en un periodo comprendido entre los años 60 y el 2011. Es curioso como Nathan Hill es capaz de dibujar de manera única los paralelismos entre ambas épocas (las protestas de 1968 contra la guerra de Vietnam y el movimiento Occupy Wall Street son un claro ejemplo) y cómo trata las diferencias entre los problemas sociales del 68 y los de 2011, poniéndolos todos en el contexto del ciudadano de a pie, sin entran en largas y tediosas disqisiciones acerca de la situación internacional. Tan solo algunas referencias a la guerra de Vietnam, a Nixon y a Walter Conkrite le bastan para ponernos a todos en contexto acerca del ambiente de aquellos años tan turbulentos.

Este señor de aquí el Walter Conkrite, presentador de las noticias en la CBS y el que durante años fue "el hombre más fiable de América". 
Personalmente, el libro me hizo pensar (¿qué libro no te hace pensar, Alejandra 🤔?). Antes os decía que creo que es un libro necesario por eso del pasado y el presente y blablablabla. Pero también creo que es muy necesario por otra razón: hoy en día (y esto no me lo podéis negar) vivimos en una sociedad fatalista y radicalizada. Y nos creemos que es el fin del fin del mundo y que todo va a ir a peor y nosequé. Pues bien, resulta que este libro nos muestra que ya en mayo de 1968 (os hablo de hace 50 años) la gente pensaba exactamente lo mismo. Y los jóvenes eran mucho más radicales y mucho más vehementes en sus opiniones de lo que lo somos hoy en día. Los disturbios  y las manifestaciones de Francia y Chicago me dan la razón. En serio, la gente en Francia hacía barricadas. Y eso son palabras mayores. La gente en Francia cuando se revoluciona, lo hace pero bien.

Gente liándola parda en 1968 en Francia. Para que veáis que no os miento
Manifa yéndose de las manos en 1968 en Chicago. Pata que veáis que tampoco os miento sobre esto.
¿Por qué a pesar de todas estas manifestaciones, y todos estos disturbios no cambió nada en absoluto? (Historia triste is coming). Este es otro de los temas que Hill trata en el libro y la solución que nos ofrece es la siguiente: todos estos jóvenes crecieron. Crecieron y acabaron teniendo un trabajo estable en una oficina, y se compraron una casa y un coche todoterreno y se casaron y tuvieron hijos. Y un buen día, sin apenas darse cuenta, se encontraron viviendo exactamente como se juraron a sí mismos que nunca harían. Es más, es posible que el chico que veis arriba con sus gafas a lo John Lennon acabase trabajando en Pricewaterhousecoopers y teniendo una casaza, siete hijos y un Rolex, exactamente como ocurre con Sebastian, uno de los personajes del libro [ALERTA SPOILER: SELECCIONA LO BLANCO SI QUIERES SEGUIR LEYENDO] que pasa de ser un joven estudiante que edita un periódico revolucionario en la Universidad a ser un rico empresario sin escrúpulos, con más dinero del que cualquiera puede llegar a imaginar y que no tiene ningún reparo en pisar a nadie con tal de conseguir más dinero. [FIN DEL SPOILER] La novela nos sumerge de lleno en este ambiente y nos muestra las dos caras de una generación: por un lado, aquellos que, descontentos, se 'vendieron' al sistema y por otro lado, aquellos que permanecieron fieles a su idealismo (como es el caso de la madre de Samuel)
Ella nunca le había perdonado la lujuria de su juventud, sus deslices tempranos. Nunca se lo había perdonado, pero tampoco hablaba nunca de ello, sobre todo desde el accidente que lo había dejado en silla de ruedas, lo cual era una solución eficaz. Sí, Dios lo había castigado por su lascivia, y su mujer había prolongado el castigo durante décadas, y ahora él se dedicaba a castigar a los demás. Se le daba bien. Había aprendido de los mejores. 
En cuanto al desarrollo psicológico de los personajes, solamente puedo decir que es impecable. En el libro hay absolutamente de todo tipo de personajes, y todos ellos, sin excepción, cuentan con una profundidad única (bueno, alguna excepción si que hay, claro, pero son personajes muy muy secundarios). En la obra podemos ver desde una joven y exitosa violinista hasta un adicto a los videojuegos que lleva años y años jurándose a sí mismo cambiar, pasando por una antigua hippie lesbiana que vive en el bosque o un juez amargado en silla de ruedas. Todos ellos tienen una historia detrás y Hill nos las muestra todas para que seamos nosotros los encargados de juzgar sus acciones (o simplemente seamos conscientes de cómo han llegado hasta ahí). Y además consigue hacerlo de una manera más que brillante. 
Las cosas que más amas serán las que más daño te harán algún día.
En cuanto al estilo, simplemente os diré que leer a Nathan Hill es una maravilla. Transmite todo con una viveza única (hay una parte en la que uno de los personajes sufre un trombo pulmonar y os juro que apenas podía sujetar el libro de lo real que era todo) pero no por ello exento de humor. Hay situaciones de lo más graciosas, pero es una ironía muy bien hilada. No recurre al chiste fácil, sino que hay que tener en cuenta toda la situación, y eso me encanta.
 —Ojalá el mundo real funcionara como Elfscape —dijo Pwnage sin dejar de masticar—. Ojalá los matrimonios funcionaran así. Que cada vez que hiciera algo bien me dieran puntos hasta convertirme en un marido máster de nivel cien. O cada vez que me comportara como un capullo perdiera puntos, y cuanto más me acercase al cero más cerca estaría también el divorcio. 
Para no alargarme más (que me vengo arriba muy rápido) os diré que es un libro recomendable al 100%. Nos hace ver la realidad desde otro punto de vista, nos descubre una historia que tal vez (al menos en mi caso) desconocíamos y nos arrancará alguna que otra carcajada. ¿Qué más se puede pedir?


¿Y vosotr@s? ¿Habéis leído el libro? ¿Qué os pareció? ¡Los comentarios son más que bienvenidos! Un besazo y...


¡Hasta la próxima aventura!

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1 comentario:

  1. ¡Hola!

    Pues aún no he leído nada de este autor, pero gracias a tu reseña quizá más adelante me anime a hacerlo ^^. Sobretodo, por lo que has comentado de que es una novela que te hace pensar y que te sumerge de lleno en el ambiente. Ya me lo he apuntado cómo pendiente, así que a ver si puedo leerlo pronto.

    ¡Besos y nos leemos!

    Marieta ~ Relatos de una náufraga

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