El rincón de los libros: Felicidad familiar, de Laurie Colwin

"Polly Solo-Miller Demarest era la joya de la familia Solo-Miller. Esta familia lo tenía todo: presencia, inteligencia, dinero, un fuerte y sólido sentido de clan y ramificaciones en Boston, Filadelfia y Nueva York, así como en Londres, como si de una entidad bancaria se tratase".

Felicidad familiar es la quinta novela de la escritora estadounidense Laurie Colwin, considerada la Jane Austen del s.XXI. Colwin es conocida por haber relatado como nadie a la sociedad neoyorkina de clase media-alta, además de por sus numerosos artículos sobre cocina. En este libro, la autora cuenta la historia de Polly, una mujer de clase alta cuya familia tiene un papel predominante en su vida. Sin embargo, a pesar de que Polly es, aparentemente, una mujer perfecta e intachable, ésta esconde un gran secreto: tiene un amante. 

"Polly había crecido en una casa en la que el trabajo del padre era lo más importante de todo. Pensaba que no era fácil ser hija de un progenitor distinguido, pero no podía negarse que aquella condición enseñaba a una muchacha cuál era su lugar".

 La desgracia de ser perfecta

La novela me ha sorprendido bastante porque no era lo que me esperaba en absoluto. Cuando cogí el libro, me imaginé que la historia tendría más acción y que contaría cómo la perfecta Polly conoce a un pintor bohemio del que se enamora y asistiríamos a la transición de Polly de mujer perfecta a bohemia rebelde. Pues bien, la historia no tiene nada que ver con eso. Sí que es cierto que la novela se centra en el personaje de Polly, pero ahí acaba todo el parecido con lo que yo me había imaginado. Esta mujer es un personaje mucho más complejo de lo que a priori uno se podría esperar. Se trata de una mujer de clase alta que cumple punto por punto los estereotipos de 'mujer perfecta': tiene un marido y una familia rica, participa devotamente en todos los ritos judíos, hace voluntariado, es una madre entregada y una ama de casa detallista pero humilde que piensa que su trabajo es menos importante que el de su marido y se desvive en atenciones con él, aun cuando lo único que recibe por su parte sea el desdén y las malas caras. Absolutamente nadie de su familia se preocupa por ella, ni le preguntan qué tal ha ido el día o cómo va en el trabajo. Todo el mundo supone que ella se siente a gusto sirviendo a los demás y no recibiendo ningún tipo de reconocimiento. 

"En el fondo, su trabajo no tenía el menor interés para ninguno de los presentes. Wendy no acababa de entender lo que hacía. Alegaba que era capaz de recordar conceptos como "abogado", "profesor" e incluso "ingeniero aeronáutico", pero que nadie esperase que fuera capaz de recordar "coordinadora de investigación de programas y métodos de lectura". Cuando se refería al lugar de trabajo de Polly decía "tu despachito", aunque se enorgullecía de que su hija trabajase en la mejora de la sociedad mediante la educación. Y claro, Polly era [...] abierta, sincera y generosamente sociable. Su trabajo consistía en prestar atención, no ser el centro de la misma".

El personaje de Polly está muy bien trabajado. El lector asiste a su cambio, aunque no lo hace desde la mente de Polly, sino desde un punto de vista externo. Creo que la novela ganaría mucho más si en vez de estar narrada en tercera persona, estuviese narrada en primera. Ya que Colwin se centra sobre todo en la protagonista y nos presenta a todos los demás personajes desde su punto de vista sin desviarse a otras historias en ningún momento, el narrador omnisciente tiene poco sentido. De haber estado narrada en primera persona, el lector se habría identificado mucho más con la protagonista y habría podido evolucionar con ella y no asistir a su cambio como si de un miembro más de la familia se tratase.

El libro está dividido en tres partes, cada una de las cuales refleja una etapa en el cambio de 'la vieja Polly' a 'la nueva Polly'. El estilo es claro, directo y sencillo, aunque a veces la autora tiene alguna que otra floritura. Su estilo de escritura sí que me recordó un poco al de Jane Austen, sobre todo en los primeros y últimos capítulos, aunque eso casa perfectamente con la historia, por lo que no resulta para nada forzado. Es más, el estilo de escritura es una extensión del estado de ánimo de Polly: a veces calmado y alegre y otras rápido y tormentoso. 

Lincoln decía que Polly estaba engastada en su familia como un zafiro está engastado en una pulsera. 

 En su conjunto, el libro pretende reflejar la agonía de Polly al verse obligada (literalmente) a ser una mujer perfecta e intachable en todo lo que hace y dice. No sé si lo llegaría a calificar de libro 'feminista', porque muchas de las maneras de pensar de la protagonista son bastante machistas y anticuadas. Lo que sí que se muestra muy bien es cómo una 'familia perfecta' puede acabar siendo toda una desgracia, una carga aún mayor que una familia imperfecta. Aunque Polly está rodeada de gente, la realidad es que está muy sola. Su vida gira en torno a su familia, pero no se da cuenta de que hay cosas que no se puede hablar con una madre, un hermano o un marido, sino que se necesita a alguien de fuera que permanezca ajeno a ese mundo porque su familia no siempre va a apoyarla. 

Una de las cosas que más me ha gustado del libro, es el detalle de la editorial de poner en la última hoja la famosa cita de Anna Karenina: "todas las familias felices se parecen: las desdichadas lo son cada una a su modo". Esa podría ser, sin duda, la frase que resuma todo el libro de Colwin. 

¡Hasta la próxima aventura!