El rincón de los libros: La Vida Tras el Espejo, de Sara Pinel

"LA VENGANZA DE LA TIERRA
Año 3257. Poco queda de la tierra que un día conocimos. Pocos son los que han sobrevivido. El océano, ávido de poder y destrucción, se había tornado dueño de todo cuanto un día fuimos. Tras el cobijo de un inmenso muro de 1700 metros de altura, la raza humana sobrevive a duras penas. Luchando por una vida que el agua les arrebata sin piedad alguna. Dentro del muro, organizado jerárquicamente como una colmena, la vida es una lucha constante por la supervivencia."

La vida tras el espejo es la primera novela de Sara Pinel, que a sus 25 años salta al panorama literario con la energía propia de quien lleva la literatura entre las venas. Desde bien pequeña ha vivido rodeada de palabras. Al principio, de poesías que su abuelo le recitaba y más tarde, animándose a hacer las suyas propias. Desde siempre ha querido ser actriz y ha recorrido no pocos países con una pequeña compañía de teatro a la que acudía, pero, al final, acabó decantándose por estudiar Turismo, aunque nunca dejó la literatura de lado. Este libro, junto con una novela que está ya escribiendo, son la prueba de ello.

La vida tras el espejo es una pequeña joya. No solamente por su tamaño (es bastante pequeñito y manejable), sino por todo el sentimiento que hay dentro, y que es difícil que el lector no llegue a captar. Se nota que la autora ha vivido de primera mano muchas de las cosas que se narran en los relatos del libro, en el que prácticamente todas las personas que quiere (su familia, sus amigos o su pareja) tienen un lugar.

Dulce y amargo a la vez

El libro es casi una reflexión de la autora para sí misma, como si de un diario compuesto en forma de pequeñas historias se tratase. Pinel reflexiona sobre temas de actualidad acuciante como el paso del tiempo o la pobreza, siempre poniendo el punto de mira sobre lo pequeño y marginado, aquello que la sociedad ha ido dejando de lado.

Fue un momento, solo un instante. Sus miradas se cruzaron por un solo segundo. Los ojos cansados y orgullosos de quien ya viejo, quisiera no serlo. Con los ojos inexpertos y desagradecidos de quien, aún joven, se siente como un viejo.

La vida tras el espejo se convierte, así, en la voz del débil, del inocente y del que no tiene nada que perder. Pero también es la voz de las personas corrientes y molientes, de las que no aparecen en los libros de historia y cogen el metro cada mañana para ir al trabajo. Habla de los sentimientos, de las decisiones equivocadas y de cómo tratamos de remediarlas, del amor y del desamor, de las dudas, de nuestros miedos más profundos, de lo que se pierde y, sobre todo, de lo que se gana en la ruleta de la vida.
La mayoría de los relatos que nos encontramos en La vida tras el espejo dejan con un sabor agridulce que invita al lector a reflexionar sobre su propia vida y sobre el mundo que le rodea. Eso es lo que creo que hace al libro tan especial, el hecho de que es potente pero a la vez delicado, sin llegar en ningún momento a abrumar al lector o a resultar pesado o empalagoso, que es lo que suele acabar sucediendo en este tipo de libros. Además de que tiene algunas frases magistralmente construidas, el libro está escrito en un lenguaje campechano, pensado para que todo el mundo lo pueda leer en cualquier parte. La vida tras el espejo es, en definitiva, la existencia vista por los ojos de una joven cualquiera.

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¡Hasta la próxima aventura!