El rincón de los libros: Margarita Dolcevita, de Stefano Benni

Me fui a la cama y las estrellas ya no estaban. Limpié bien el cristal de la ventana, pero no hubo manera. Habían desaparecido. 

Margarita Dolcevita es la última novela del escritor italiano Stefano Benni. En esta obra, el italiano nos sumerge en el mundo de la pequeña Margarita Dolcevita, una niña enferma del corazón que parce ser mucho más inocente de lo que en realidad es. 

Sarcásticamente... ¿mágico?

Aunque ya sabía de la existencia de este libro, decidí leerlo gracias a la reseña de Noelia (del blog Laberintos de Tinta) porque, aunque no tuviese mi misma opinión ni de lejos, su reseña sí que me dejó con el gusanillo. Así que gracias a Noelia y a Blackie Books... ¡aquí tenéis mi opinión sobre esta novela tan controvertida! 

Lo primero que os diré es que, aunque tiene 'sus cosillas' la novela me gustó lo suficiente como para zampármela en menos de 24 horas. Y es que la verdad que es una obra bastante fácil de leer, y que, aunque al principio parece que no tiene trama, poco a poco ésta se va desarrollando de una manera muy sutil hasta que, de pronto, uno se encuentra metido en un punto de la historia en el que, sencillamente, no puede dejar de leer. A mi, personalmente, hubo un momento que me enganchó porque parecía un thriller en toda regla (que luego no lo es, pero bueno, imaginar es gratis). 

Y en la vida hay épocas que claramenteobvio. El río de los acontecimientos se remansa y no se sabe qué dirección tomará, y vamos a la deriva en aguas turbias. Después el agua se vuelve límpida, el torrente fluye y todo se hace transparente. Así fue mi vida desde aquella mañana.  

Margarita Dolcevita tiene un poco de todo: romance, aventura, misterio... Pero lo que tiene, sobre todo, es crítica. Mucha crítica. A diferencia de muchos otros autores, no es simplemente 'crítica politiquera', sino que creo que es algo diferente. Algo más. Algo con lo que todos nos podemos sentir identificados. Y eso, a mi, me enamora. 

En Margarita Dolcevita, Benni ahonda en el análisis acerca de cómo el capitalismo no solamente influye en nuestras vidas, sino la manera en la que éste va succionando poco a poco, apenas imperceptiblemente, a toda la sociedad. Cómo es capaz de hacernos replantearnos nuestros valores, cambiar de preferencias, de maneras de ver la vida e incluso de gustos. La moraleja de este libro (al menos la que yo percibo) es precisamente ésa: en el mundo capitalista todo es susceptible de ser eliminado, cambiado, renovado y remasterizado. No importa si ese algo nos encantaba, la sociedad capitalista es capaz, incluso, de hacer cambiar de equipo de fútbol a un hincha del Nacional y hacer que se pase al bando contrario, al Dinamo. Que ya es decir. 

Habían cambiado. Ya no vivían, esperaban a que alguien les dijera cómo vivir. Cada uno de sus gestos había cambiado, era como si tuvieran prisa, ya no ponían mimo ni dulzura en lo que hacían. 

Otra cosa que se trata en esta obra, si bien de manera muy sutil pero interesante al mismo tiempo, es la pérdida de la inocencia de los niños hoy en día. Y es que, a pesar de que Margarita tan solo tiene quince años, es mucho menos inocente de lo que uno podría pensar. Aunque a esa edad el despertar sexual hace mella en hombres y mujeres por igual (las hormonas quinceañeriles, ya se sabe), Margarita vive su sexualidad de una forma muy evidente, sin ocultarla en ningún momento. Esto es algo que me sorprendió bastante, para seros sincera. No es que me asustase ni que hiciese que me echase las manos a la cabeza, sino todo lo contrario. Me pareció un acto de honestidad, una manera muy natural de tratar ciertos temas como son la masturbación o el sexo juvenil porque creo que, aunque la sociedad decida mirar para otro lado y fingir que no existe, es algo muy real (y los 1.227 niñ@s fruto de embarazos adolescentes que han nacido solamente en la primera mitad del 2017 en España según el INE me dan la razón). 

Pues sí, señores del jurado, utilizo a Poncio para mis prácticas autoeróticas, experimentales pero intensas. Y les diré más. Somos una familia de masturbadores. Giacinto es el líder indiscutido, en especial ahora que apareció Labella. 

Me ha gustado mucho que Benni no haga de Margarita una niña dulce e inocente, sino que, por el contrario, represente a una adolescente normal. Margarita no es ni niña ni adulta, está justo en ese momento de la vida en el que uno sigue disfrutando con los cuentos pero a la vez empieza a tener intereses sexuales. Margarita es un personaje muy complejo porque tiene muchos frentes abiertos y muchas contradicciones consigo misma. En primer lugar, el rasgo que tal vez más la marque es, sin duda, su cardiopatía. Aunque no lo quiera (y hasta saque ventaja de ello), Margarita es una niña especial. Su enfermedad la hace diferente, la impide hacer ciertas cosas que para muchos otros niños son completamente normales como, por ejemplo, ir a clase de gimnasia o correr hacia casa si de pronto una tromba de agua la sorprende. Esta particularidad suya es algo que conocemos desde un principio y que siempre se trata con muchísima naturalidad, algo que me resultó muy positivo. Nunca se hace demasiado énfasis en ello, sino que se habla de ello como algo normal y corriente, y creo que este tipo de cosas contribuye a que evitemos ver a las personas con enfermedades como gente inútil, frágil o impedida.

Como ya os he explicado, el corazón me hace ta-pumf-ta en vez de ta-ta-pumf. No es nada grave, el cardiólogo Guaperas dice que tal vez un día habrá que hacer una intervencioncita con una sondita o un transplantito.

El segundo frente abierto que tiene es su peso. Margarita está gorda. No muy gorda, pero sí, digamos, rellenita. Eso no es algo que le acompleje hasta lo más profundo de su ser, pero sí que es consciente de ello y, aunque no lo dice claramente, tiene un complejo ahí instaurado en su mente del que no se libra. No es que por ello sea una marginada en el colegio (porque nadie se mete con ella), pero sí que lo tiene en mente.
El tercero es su diferencia. Margarita es distinta a la gente de su edad. No encaja demasiado  porque, a pesar de todo, es feliz en su diferencia. Sabe que no es como todo el mundo, pero, al igual que a su peso, tampoco le presta demasiada atención porque toda su familia es diferente a los demás. Y es que lo bonito de la familia de Margarita es que se compone de inadaptados. Ningún miembro de toda la familia es 'normal' sino que todos tienes sus obsesiones particulares, su manera de pensar y de vivir. A diferencia de los Del Bene, la familia de Margarita es una comunidad donde todos son libres de hacer lo que desean y de relacionarse con quien gusten.

SPOILER. PASA EL RATÓN POR ENCIMA PARA SEGUIR LEYENDO.
Los padres de Margarita no son opresivos, sino todo lo contrario, dejan total libertad a sus hijos para que hagan aquello que les hace felices, en contraste con los Del Bene, cuyos hijos  son completamente expulsados del entorno familiar si no son 'normales', como es el caso de Angelo, cuya mera existencia hace que su familia se avergüence precisamente por carecer de esa 'normalidad' tan apreciada por los Del Bene. 
Precisamente porque la familia de Margarita es tan peculiar y porque los lazos de amor entre ellos surgen de la aceptación y del respeto mutuo por los gustos de todos sus miembros, es por lo que a Margarita le duele tanto el ver cómo poco a poco su familia se ve absorbida por la burbuja de los Del Bene. Esto es algo que a mi me resultó especialmente doloroso, sobre todo porque, al verlo desde los ojos de Margarita, observamos cómo poco a poco su pequeño mundo, su oasis de felicidad va cayendo sin que ninguna de las soluciones que ella intenta llevar a cabo obtengan ningún resultado. 
FIN DEL SPOILER

De nada servía lamentarse, había que luchar. Si te rindes a los catorce años, te acostumbrarás a hacerlo el resto de la vida. 

Lo que menos me ha gustado de la novela es la parte "mágica" que tiene. Aunque al principio sí que tiene cierto sentido de crítica y mantiene una cierta cohesión con la novela, al final acaba resultando algo forzado. De hecho, el final se resuelve de una manera muy extraña y poco natural, hasta el punto de que no llegué a entender muy bien lo que había pasado y decidí escribir a Noelia, que me dio sus interprentaciones y que, según me confesó, también le pareció algo muy forzado. Así que, al menos en este punto, ambas coincidimos: el final y los elementos mágicos a lo largo de la novela deberían estar mucho más trabajados, porque a veces parece que están un poco metidos a capón y no pegan con el resto de la novela ni con Super Glue Extrafuerte Puede Con Todo. Entiendo por qué lo ha hecho el autor (o al menos por lo que yo considero que lo ha hecho, que es para resaltar la inocencia y la dulzura de Margarita que, aunque se las de de adulta a veces, en su corazón sigue siendo una niña), pero sigo pensando que no queda nada claro a nivel de lectura.
Sin embargo, a pesar de esta pequeña pega, es un libro que me ha gustado. Está escrito con un estilo muy particular pero muy accesible al mismo tiempo y, sin duda, os hará reflexionar sobre vuestra concepción del mundo, de la vida y del consumismo. Además, os diré que la edición es preciosa y está muy pero que muy currada (al nivel de que en la contraportada está la parte de delante de la perrita Blackie y en la contraportada la parte de detrás, que es un detalle muy nimio pero que me ha hecho mucha gracia). A mi, desde luego, Margarita me ha conquistado.

¿Vosotros habéis leído este libro? ¿Lo conocíais? ¿Qué pensáis? ¡No olvidéis vuestro comentario!

Un besote enorme y...

¡Hasta la próxima aventura!