El rincón de los libros: Caraval, de Stephanie Garber

Tardó siete años en acertar con la carta.

Caraval es la primera obra de Stephanie Garber... ¡y vaya pedazo de debut!. La novela cuenta la historia de Scerlett Dragna y su hermana, Donatella, dos jóvenes cuyo mayor deseo es escapar de la isla de Trisda, gobernada por su estricto, cruel y malévolo padre. Impresionadas por las historias que su abuela les solía contar acerca de Legend, un excéntrico y mágico intérprete que lleva tiempo organizando un concurso anual para ganar un Gran Premio, ambas han querido, desde siempre, ir allí. Finalmente, la invitación llega, aunque lo hace en el peor de los momentos, justo cuando Scarlett está a punto de casarse... y liberarse del yugo de su padre.

—Tienes mucho miedo.
—No, solo soy precavida —dijo Scarlett—. Y estoy intentando imaginarme cómo funciona todo esto.
—Porque tienes miedo. 

 Es sólo un juego

Cogí este libro de la biblioteca como parte de la iniciativa Salvemos las Bibliotecas. Fui a devolver unos libros que ya tenía, y, al girarme y ver la estantería de Novedades... ¡estaba este!. Me llamó la atención su portada pero no sabía de qué iba. Y como había oído el nombre, dije ¡Vamos a darle una oportunidad!
El libro comienza potenete desde el principio. A través de todas las cartas que Scarlett le ha ido enviando a Legend solicitándole que lleven el concurso a Trisda, vemos cómo la joven se ha empeñado en mantener la esperanza, en no sucumbir al desaliento. Pero, como todo en la vida, de la manera más inesperada le llegan las dos invitaciones de Caraval. Y, a partir de ahí, comienza la acción.
La verdad es que es un libro que te mantiene enganchado desde el principio, y eso es algo que me encanta. Las descripciones son bastante buenas, y es fácil que el lector se pierda entre los colores, los olores y la sensación de magia de Caraval. Pero, sin embargo, toda esa magia y alegría tienen un contrapunto que el lector capta enseguida. "Aquí pasa algo raro", no puede evitar pensar uno. Es como si, debajo de toda esa alegría, hubiera un poso de tenebrismo que siempre está presente a lo largo de toda la novela y que te mantiene con una cierta tensión porque sabes que va a pasar algo en un momento u otro.

El resplandor del Castillo había disminuido cuando la chica regresó al patio. Sus arcos ahora parecían de un bronce apagado en lugar del oro centelleante, y sumían el palacio en unas dilatadas sombras.

Mientras leía Caraval, había puntos en los que empaticé muchísimo con Scarlett. Todo el mundo le recordaba constantemente que todo era un juego, que nada de aquello era real, que todo era un espectáculo, pero tanta repetición no contribuía sino a crear un clima de inseguridad que invitaba a dudar de absolutamente todo, y ese es, precisamente, el motivo por el que la novela engancha. Uno sabe que ahí hay gato encerrado, que hay más realidad de la que cuentan y, a veces, teme que acabe mal.
Esta tensión también se ve incrementada porque los giros de la historia son constantes. La trama cambia un montón de veces hasta el punto de que llega un momento en el que ya dudas de todo el mundo y no sabes quién es bueno y quién no. Quién está diciendo la realidad o quién miente. Por eso resulta tan fácil empatizar con la protagonista, porque, al igual que le ocurre a ella, hay momentos en los que te encuentras perdido, no sabes qué es una pista y debes de tener en la cabeza y qué dato es irrelevante y hay que olvidar. Todo parece importante, pero los personajes secundarios se lo toman con tanta ligereza que ya no sabes si te estás volviendo un poco loco/a. Creo que eso es lo mejor que tiene la novela, la capacidad de atrapar al lector y arrastrarle hasta toda la locura que es Caraval sin que apenas se de cuenta. Scarlett solamente quiere estar un par de días para llegar a tiempo a su boda con el conde pero, tal y como se intuye desde el principio, eso no ocurre. Nadie abandona Caraval sin más.

Sabía que Legend lo estaba observando, que obtenía de su dolor un morboso placer.

Sin embargo, a pesar de que Caraval me mantuvo enganchadísima desde el principio, el final me decepcionó bastante.

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El hecho de que la autora matase a tres personajes (no diré cuáles) pero luego todos ellos revivieran me pareció muy irreal, como si en el último momento la autora se hubiese arrepentido, o como si le diese miedo matarles porque no hay nada con qué reemplazarlos. Entiendo que, dado que el premio es un deseo, uno de ellos pudiese revivir. Pero ¿los tres? Me pareció un final muy forzado, que no me esperaba para nada. Además, la manera de revivirlos me pareció un poco perezosa, y de la manera de solucionar el romance entre Scarlett y Julián, ni os cuento. 
FIN DEL SPOILER

Pero, sin embargo, toda la decepción quedó, si no compensada, al menos mitigada con la última página. Me gustó mucho y me dejó pensando hasta tal punto, que tuve que preguntar a otras bloggers (en concreto a Loles del blog Un libro y té) si era que yo no había entendido el final o si es que van a sacar una segunda parte (Loles me confirmó que sí, que hay segunda parte). Esa última página me salvó de que mi decepción fuese mucho mayor porque me dejó pensando quién demonios sería el autor de esa misiva. Así que ya sabéis, si sois de esas personas que antes de empezar se leen la última página, ¡no lo hagáis!
Creo que la enseñanza que me ha llegado de Caraval sería que toda acción tiene una consecuencia que debemos aceptar, sea buena o mala. Aunque nunca debemos obrar a la ligera, sí que hay veces que nos debemos dejar llevar, ya que seguir siempre el camino marcado puede acabar conduciéndonos al desastre y, sobre todo, a un tremendo e insoportable tedio. Hay que saber cuándo es el momento de dejarse llevar y cuándo hay que pensar fríamente.

La esperanza es algo muy poderoso. Hay quien dice que es una especie de magia completamente distinta. Esquiva, difícil de aprehender, pero tampoco es una gran cantidad lo que se necesita.

Una de las cosas que me ha gustado mucho ha sido la evolución que experimenta el personaje de Scarlett Dragna que, aunque empieza siendo una chica bastante cobarde (aunque tiene sus razones, y yo las entendí) y muy poco dada al riesgo, a lo largo de todo el libro se va haciendo más y más fuerte y va siendo capaz de cargar con todo el peso de la historia a sus espaldas, lo que nos muestra que es un personaje que, si bien en un principio resulta un poco plano, poco a poco se va haciendo más redondo y más trabajado. 
En cuanto al estilo, una de las cosas que más me ha llamado la atención es la manera en la que la autora es capaz de ir relacionándolo todo sin que el lector se de cuenta. La novela está escrita de una manera sencilla y directa, con descripciones muy visuales que hacen que el lector se quede prendado de Caraval pero, al mismo tiempo, son capaces de transmitir todo lo que rodea a este particular universo. Caraval es uno de esos libros que hay que leer y releer, y, estoy convencida de que disfrutaré mucho la segunda lectura, porque lo veré todo desde una perspectiva muy distinta y podré darme cuenta mucho mejor de dónde reside el misterio de Caraval... y de quién es el personaje de la última página.

Y aquí, mientras aún tenéis el sabor de la magia en los labios, yo me despido...

¡Hasta la próxima aventura!