12/6/18

Akenatón, el faraón que revolucionó el arte


Tal vez Tutankamón y Nefertiti (hijo y madre) sean los dos faraones más conocidos del antiguo Egipto. Pero, ¿qué hay de Akenatón? Akenatón fue el padre de Tutankamón y el esposo de Nefertiti, un hombre un tanto peculiar en una época tan convulsa como lo fue el antiguo Egipto. 
Nacido en el 1372 a.C, Akenatón fue el décimo faraón de la XVIII dinastía de Egipto. Un hombre que lo revolucionó todo y sobre el que cayó una losa de silencio inmediatamente después de su muerte. 
Akenatón, también conocido como Amenofis IV, fue uno de los primeros faraones que se atrevió a romper con la rigidez del Antiguo Egipto, estableciendo uno de los cambios más radicales que se viviría durante aquella época. Y es que el faraón decidió crear una religión completamente nueva, ignorando a los miles de dioses que existían por aquella época, estableciendo que solamente Atón, dios del Sol, era el único y el verdadero ―con el consiguiente cabreo monumental de todos los súbditos, que llevaban toda la vida adorando a sus dioses para que ahora viniese este señor y les dijese lo contrario― y declarando ilegales a todos los demás, especialmente a Ra, Amón, Osiris, Horus y los dioses más importantes, a los que Akenatón no quería ver ni en pintura, literalmente. 

Akenatón y Nefertiti, de la mano. 1340 a.C
Akenatón rompió con todo lo establecido: desde la capital del reino hasta las tendencias artísticas. Y es que, si por algo se caracteriza el arte egipcio es por su rigidez. Desde que eran jóvenes, los aprendices memorizaban ciertas reglas con respecto a lo que podían o no podían hacer: 
  • Las estatuas que representaban a figuras sentadas tenían que tener las manos sobre las rodillas
  • Los hombres tenían que ser pintados más morenos que las mujeres
  • Los hombres se representaban a mayor tamaño que sus esposas
Y así con un largo etcétera. 
Sin embargo, Akenatón se las arregló para romper con todo ello. 
Durante el reinado de Akenatón, el arte sufrió una transformación brutal: las figuras humanas se representaban de una manera extremadamente fidedigna. Las imágenes son más naturalistas, llegándose a extremos descarnados. Se deja de lado la representación idealizada, sin faltas o defectos físicos, y se remarcan algunos rasgos de forma extrema: poseen cabezas alargadas en su parte posterior, ojos rasgados, labios gruesos, mandíbulas prominentes, cuellos largos y estilizados, vientres pronunciados —tanto en personajes masculinos como femeninos— y contornos redondeados que, en muchos casos, dificultan la identificación del sexo del personaje representado. 
Además, por primera vez el faraón y su mujer fueron representados al mismo tamaño, por lo que ninguno de los dos era percibido como 'superior' o más importante que el otro. Eran exactamente iguales en el poder. 

Akenatón y Nefertiti jugando con sus hijos. Una tierna escena que no se solía dar mucho en el arte. 1345 a.C
Antes de seguir, os dejaré una cosa clara. El arte en Egipto debía de ser básicamente una representación lo más fidedigna posible de la realidad que sirviese a la persona en el más allá. Por lo tanto, no había lugar en el arte para sentimentalismos ni nada de eso. El arte servía para relatar hazañas, para cosas importantes de hombresmachos. Y querer a tu mujer y a tu familia, en aquella época, pues no era muy de hombremacho. Así que lo obviaban en favor de la representación de los dioses.
Pero el dios Atón era un dios abstracto, representado por el disco solar, así que no podían representarlo tan claramente, por lo que se pasó a representar escenas íntimas de la familia real, los descendientes del dios Atón. Las imágenes tradicionales del faraón destrozando a sus enemigos, tanto interiores como exteriores, fueron reemplazadas por escenas íntimas del faraón venerando a su dios, con su familia o con su Gran Esposa Real: Nefertiti. Todo un cambio ya que, hasta ese momento, ninguna familia real había sido retratada mostrando afecto. 

Akenatón llorando la muerte de su hija. Lo nunca visto en el arte egipcio
El final del reinado de Akenatón fue un tanto extraño. Sus súbditos no habían terminado de adorar a los otros dioses, y eso a Akenatón le molestó, que pa' algo había creado una nueva religión. Empezó a exigir que se borrasen los nombres de todos los otros dioses de todos los demás monumentos. Las hijas del faraón empezaron a morirse (nadie sabe por qué, pero se especula con que fue una epidemia de peste). A partir del decimocuarto año de su reinado, el nombre de Nefertiti desaparece de todas partes (no sabemos muy bien por qué, porque todo indica que no estaba muerta) y la princesa Meritatón es ascendida a Gran Esposa Real. Además, desaparece la otra esposa de Akenatón. En fin, que la cosa se complica. 
Finalmente, Akenatón muere en el decimoséptimo año de su reinado, probablemente cuando tenía entre 30 y 36 años. Su inmediato sucesor, el desconocido Semenejkara, reinó durante un breve período, que algunos estudiosos estiman entre menos de un año a no más de tres. Tras él, ascendió al trono de Egipto un niño de menos de once años de edad: Tutankamon. Con Tutankamón todo volvió más o menos a la normalidad. El arte volvió a ser rígido y sin ningún tipo de originalidad (de hecho, cuanto menos original, mejor artista eras considerado), los dioses tradicionales fueron restaurados y las menciones a Akenatón se suprimieron. Solamente quedó un breve y minúsculo vestigio del arte durante el reinado de Akenatón: la imagen de Tutankamón y su esposa representados al mismo tamaño y estableciendo contacto físico. 

Respaldo del trono de Tutankamón, en el que aparecen Tutankamon y su mujer tocándose. En aquella época, era considerado casi algo sexual. 1323 a.C
Por cierto, os diré también que, aunque parezca que los egipcios carecían de sentido de la perspectiva, la verdad es otra. La razón por la que las figuras egipcias tienen una perspectiva tan mal desarrollada (como veis en el trono, la cara está de lateral, los hombros de frente y los pies de lado) no es otra que porque los ellos buscaban siempre la perfección a la hora de representar una imagen. La belleza, para ellos, era algo secundario. Por eso adaptaban sus dibujos a la forma en la que consideraban que éstos podían representar o dar más información de la realidad. Así, la cara estaría de perfil para que pudiésemos observar mejor su forma, los brazos de frente para que apreciásemos todo el torso y los pues de lado, para que pudiésemos ver su tamaño. 

¡Y hasta aquí el post de hoy! ¿Qué os ha parecido? ¡Espero vuestros comentarios! Un besazo enrome y...

¡Hasta la próxima aventura!
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7 comentarios:

  1. Guau. No tenía ni idea de nada de esto pero me parece muy interesante.

    Saludos desde https://lacontraportadablog.blogspot.com/

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  2. Jo, últimamente me he visto varios documentales sobre el Antiguo Egipto, así que este post me ha encantado <3 Me parece fascinante la gran cantidad de información que nos llega de una época tan lejana... ¡casi de otro planeta! Pero, a la vez, tan poca porque en realidad, aunque se haya estudiado desde siempre, todo lo que podemos hacer ahora son suposiciones, deducciones... pero jamás podremos saber nada de esa época cien por cien cierto (ni siquiera podemos hacerlo de la época en la que vivimos... ¡imagínate saber exactamente lo que ocurrión hace miles de años!). Por eso cualquier información nueva me entusiasma un montón, porque aunque nunca podré estar completamente segura de que eso es lo que en realidad ocurrió, sí que hace sentirme un poco más cerca de la verdad. Y vamos, cuando se trata de arte ya ni te cuento lo que me encanta ^^
    ¡Muchas gracias por compartir esta información con nosotros! :D
    ¡Un abrazo enorme y espero verte más por aquí! :3

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  3. ¡Hola! La verdad que soy un poco inculta en estos temas pero también me interesa bastante conocer más de la historia. Me ha parecido curioso lo que comentas de los dibujos, siempre me he preguntado el motivo de que dibujaran así y me voy con la duda resuelta :D. Me encanta todo el arte de esta época.
    Un beso desde Jardines de papel .
    ¡Nos leemos!

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  4. Hola, formo parte de la iniciativa seamos seguidores y ya te sigo, saludos desde kiwybooks.blogspot.com

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  5. Hola, mi periodista favorita :D Llego tarde, muuuy tarde, lo sé D: I'm so sorry...
    Siempre me ha llamado la atención y me ha parecido muy curioso el arte del antiguo Egipto. De verdad que me gustó bastante la entrada. Y lo que dijiste al principio es tan cierto, yo ni siquiera había escuchado de Akenatón :/ No es que haya indagado ni nada, pero al menos de Nefertiti sabía un poco...
    Gracias por la entrada :) Un beso!! <3 (pss, se te extraña en la blogosfera.)

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  6. ¡Hola, guapa!

    Me gusta mucho el Antiguo Egipto y descubrir cosas sobre esa época. De hecho, hice un curso online sobre egiptología y me encantó. Así que gracias por traer esta entrada a tu blog y por descubrirnos más cosas donde Akenatón.

    ¡Besos y nos leemos!

    Marieta ~ Relatos de una náufraga

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  7. Hola.
    Reconozco que de los antiguos egipcios sé bastante poco y eso que me gusta conocer antiguos pueblos y sobretodo mitologías.
    El nombre Akenatón me suena de haberlo oído o leído en alguna parte, pero fue hace tiempo(probablemente en alguna película).
    Muchas gracias por esta entrada llena de información.

    Nos vamos leyendo.
    ¿Mi Tesoro? Libros

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